martes, 4 de noviembre de 2008

AXOLOTE












En diez años su población ha decrecido drásticamente, afirman científicosAjolote mexicano, en peligro de extinciónEl anfibio ha sido valioso para estudios sobre regeneración de miembros.

3-Noviembre-08

Bajo las trajineras que transportan turistas sobre lo que queda de un gran lago azteca vive una criatura que igual se parece a un monstruo que a un Muppet, con su cola resbalosa, sus branquias parecidas a plumas y una boca que forma una extraña sonrisa.

El ajolote, también conocido como el “monstruo de agua” y el “pez mexicano que camina”, fue parte clave de las leyendas y la dieta de los aztecas. Contra las probabilidades ha sobrevivido hasta ahora entre la explosión urbana de México en los contaminados canales de Xochimilco, ahora un destino tipo Venecia en donde trajineros transportan a turistas en botes pintados en colores brillantes.

Pero los científicos quieren salvar de la extinción a esta salamandra de 30 centímetros de largo, víctima de la desaparición gradual de su habitat y de la cada vez más deteriorada calidad del agua. En lo que parece el último clavo sobre su ataúd, peces no nativos introducidos a los canales arrebatan al ajolote su comida... y sus crías.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) incluyó al ajolote en su Lista Roja anual de especies amenazadas, y algunos investigadores dicen que podría desaparecer en sólo cinco años. Algunos piden una serie de santuarios para el ajolote en canales libres de especies extrañas, mientras que otros están considerando repoblar a Xochimilco con ajolotes criados en cautiverio.“Si el ajolote desaparece, no sólo sería una gran pérdida para la biodiversidad sino para la cultura mexicana, y reflejaría la degeneración de un sistema lacustre alguna vez grandioso”, dice Luis Zambrano, biólogo de la UNAM.

Se desconoce cuántos ajolotes quedan en estado silvestre. Pero la población ha decrecido desde unos 580 por kilómetro cuadrado hace diez años a escasos diez por kilómetros cuadrado este año, de acuerdo con un sondeo hecho por el equipo de Zambrano usando redes.Antaño millones vivieron en los lagos de Xochimilco y Chalco sobre los que se construyó la Ciudad de México. Usando sus patas para arrastrarse por el fondo de los lagos, y sus gruesas colas para nadar como cocodrilos en miniatura, cazaban los abundantes insectos acuáticos, peces pequeños y crustáceos.

La leyenda dice que Xólotl, dios azteca con cabeza de perro que representaba a la muerte, el rayo y las monstruosidades, temía que otros dioses lo exiliaran o mataran, de modo que se transformó en ajolote para escapar al lago Xochimilco.

El ocaso del ajolote empezó cuando los conquistadores empezaron a secar los lagos, que luego han sido vaciados con el tiempo para saciar la sed de una de las metrópolis más grandes y pobladas del planeta. En la década de 1970 el lago Chalco se secó totalmente para prevenir inundaciones. En la década siguiente la Ciudad de México empezó a bombear sus aguas residuales hacia los pocos canales y lagunas que le quedaban a Xochimilco.

Hace unos 20 años se introducjeron tilapias africanas en Xochimilco en un esfuerzo mal dirigido para crear pesquerías. Luego se les agregaron carpas asiáticas que dominaron el ecosistema, devoran los huevos de ajolote y compiten con ellos por la comida.

El ajolote también es amenazado por los desechos agroquímicos de las granjas cercanas y por las aguas residuales de una planta de tratamiento de la ciudad capital, dicen los investigadores.

Roberto Altamira, pescador local de 32 años, recuerda que cuando él era niño, el ajolote aún era parte de la dieta local. “Me encantaban los tamales de ajolote”, dice, frotándose el estómago y riendo.

Pero la gente ya no come ajolote, sobre todo porque los pescadores casi nunca los encuentran. “El último que capturé fue hace unos seis meses”, dice Altamira, trajinero delgado de músculos marcados por años de empujar las embarcaciones por los estrechos canales de Xochimilco.

La población de ajolotes florece en laboratorios, donde los científicos estudian sus peculiaridades más sorprendentes, como la capacidad de crecer totalmente miembros perdidos. Los ajolotes han jugado un papel clave en los estudios sobre regeneración, embriología, fertilización y evolución.

El raro animal mantiene características de larva durante su vida adulta. Pasa toda su vida en el agua pero puede respirar bajo el agua con sus branquias o tomando sorbos de aire en la superficie.

Hasta ahora los científicos no están de acuerdo en cómo salvar al ajolote. Pero se espera que un santuario piloto se abra en los siguientes tres a seis meses en las aguas en torno a la Isla de las Muñecas, así llamada porque el dueño cuelga muñecas que halla en los canales para alejar a los malos espíritus.

Zambrano propone hasta 15 santuaros para ajolote en los canales de Xochimilco, donde los científicos insertarían alguna barrera y eliminarían del área las especies no nativas.

Sin carpas, el agua se limpiaría, y podrían volver a florecer las plantas que el ajolote requiere para reproducirse, dijo Bob Johnson, curador de anfibios y reptiles en el Zoo de Toronto. “Si eliminas los insultos, el lago tiene una maravillosa capacidad latente para curarse a sí mismo”.

Pero urgen las acciones porque el tiempo se agota. Para Johnson, “estamos en deuda con el ajolote; hay que ayudarlo a sobrevivir”.

México/David Koop/AP

De Wikipedia:

A primera vista parece un renacuajo gigante. Su cuerpo es alargado, con un tronco compacto, la cabeza es grande con unos ojos pequeños, y carecen de párpados. Tienen una boca de gran capacidad y dientes diminutos que se disponen en hileras a la entrada de la cavidad oral. Su lengua es retráctil (como la de las ranas). A la altura del cuello tienen tres pares de branquias laterales externas, las cuales utilizan para respirar, tomando agua por la boca y dejándola salir por las agallas moviéndolas.

El agua cargada de oxígeno pasa a través de las ramas branquiales y pasa cerca de los capilares sanguíneos. Por medio de un sencillo intercambio a favor del gradiente, el oxígeno del agua pasa a la corriente sanguínea del ajolote y el dióxido de carbono de la sangre pasa al agua del medio externo.
De esta forma utilizan la gran cantidad de vasos capilares que poseen éstas. También poseen sacos pulmonares, que no se han desarrollado como pulmones debido a su escaso uso, por lo cual sube, de vez en cuando, a la superficie para tomar aire atmosférico.
Esta característica, así como su aspecto, se deben a su peculiar desarrollo metabólico, que es un caso de
Neotenia:
El desarrollo del axolote podría describirse como una evolución que admite la irregularidad en los ritmos de metamorfosis del estado larvario: el punto crítico de edad propia de la madurez fisiológica nunca es el mismo en todos los individuos. Curiosamente, el ajolote ha desarrollado la capacidad de madurar sexualmente y reproducirse conservando el estado larvario o la mayoría de sus aspectos. Existe el estado maduro: algunos individuos alcanzan la madurez, pero de manera irregular, por lo que, en libertad, es corriente la morfología del ajolote larvario o semi-larvario, de color más claro:

Su cola es aplanada lateralmente y de gran longitud, casi la mitad del cuerpo del animal. En la parte superior hay un pliegue dorsal o
cresta que va aumentando de tamaño conforme se acerca a la cola. Las extremidades son de aspecto frágil y quebradizo. En los ejemplares albinos y albinos parciales se pueden observar los huesos transparentándose a través de la fina piel.

Tienen 4 dedos en las patas delanteras y 5 en las traseras. Por lo general son de color parduzco oscuro con pequeñas manchas blanquecinas de gran eficacia mimética, pues lo hacen confundir con las piedras. Los ejemplares de colores claros, tienen manchas brillantes, que le dan gran belleza estética.

En su etapa adulta puede medir entre 25 y 30 centímetros. Respecto a su longevidad, los axolotes pueden llegar a vivir 25 años aproximadamente, en condiciones normales.
A diferencia de lo que les ocurre a las salamandras y otros anfibios metamorfoseados, los axolotes no presentan muda de piel.

Mitología e Historia

En la mitología azteca el axolote (atl-agua y xolotl- monstruo; monstruo acuático), es la advocación acuática del dios Xolotl, de donde provino su nombre. Hermano de Quetzalcóatl y monstruoso a causa del nacimiento gemelar, Xolotl se encuentra asociado a la idea del movimiento y de la vida, de acuerdo con la leyenda del quinto sol.

La dualidad se manifiesta en las transformaciones a las que recurre para evitar el sacrificio. Bernardino de Sahagún cuenta que Xolotl rehusaba la muerte, huyendo cuando vio llegar al verdugo y ocultándose en las milpas, se convirtió en una planta de maíz de dos cañas o ajolote (xolotl); al ser descubierto echó a correr otra vez y se escondió en un magueyal, donde tomó la forma de una penca doble o mejolote (de metl, maguey y xolotl). Una vez más lo halló el verdugo y escapó de nuevo introduciéndose al agua, donde se transformó en un pez llamado axolotl. Ésta es su última metamorfosis. Finalmente, el verdugo lo atrapó y le dio muerte. Xolotl es un dios que le tiene miedo a la muerte, que no la acepta y quiere escapar de ella mediante sus poderes de transformación.

El axolote en la vida de los
aztecas, está documentado en varios códices entre los que se cuenta el Florentino. La primera referencia científica del axolote aparece en un libro de historia natural de 1615.

A partir de entonces se hicieron numerosas publicaciones sobre este animal. Su nombre científico le fue dado doscientos años después. Los extraños animales impresionaron de gran manera a Alexander von Humboldt, quien de México se llevó dos ejemplares a París y se los entregó al naturalista Georges Couvier para que los estudiase. Éste describió con sorpresa la presencia y la persistencia de las branquias externas a los lados de la cabeza, y destacó su parecido anatómico con la salamandra. Couvier, fiel a la lógica de la anatomía comparada, concluyó que el axolote no era más que la larva de una gran salamandra. No obstante, años después, en su célebre clasificación del reino animal se vio obligado a clasificarlo como un perennibranquio.

En 1863, durante la
intervención francesa, se enviaron varios axolotes a París; allí se reprodujeron y sus crías sufrieron lo que a los estudiosos franceses pareció una extraña metamorfosis: perdieron el peine o pliegues de la parte superior de la espalda y las branquias, se llenaron de manchas blancas y se les desarrollaron pulmones.

Sin embargo, sus padres jamás sufrieron metamorfosis. El nuevo animal parecido a la salamandra resultó ser un pariente del Ambystoma tigrinum mexicanum, batracio urodelo que vive como axolote en los lagos de la altiplanicie de México. El Reconocido biólogo francés Jean Rostand comparó la neotenia del axolote con la del hombre, cuyo paso de la forma prehumana a la humana era, para Rostand, un proceso de atraso evolutivo.

Hábitat, peligro de extinción y medicina tradicional mexicana

El axolote es endémico de México su único hábitat natural son los lagos próximos a Ciudad de México y algunos ríos de cuevas especialmente Xochimilco y en Chignahuapan, en el estado de Puebla, donde ahora son muy escasos, ya que sufren una depredación por parte de especies no autóctonas, como las koi y carassius que fueron introducidas por el hombre, y estos devoran sus desoves. Además la capacidad de regeneración del axolote lo ha llevado a estar en peligro de extinción, ya que en México se acostumbra comerlos en caldo para fortalecer las defensas.

En la medicina tradicional mexicana se pueden encontrar jarabes de ajolote para tratar principalmente enfermedades respiratorias. Por esta razón es indispensable que los acuaristas que cuenten con una pareja de estos animales, los reproduzcan en cautiverio.So n bonitos y graciosos y por eso los compran y cazan sin pensar que se pueden extinguir.

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Cuando vivíamos en Valsequillo, había un pequeño jagüey, qué es eso? es un lugar con agua, no muy grande, es como un laguito en pequeño :), inclusive mi papá nos hacía barquitos de vela y nos llevaba para echarlos y jugar allí.

Muchas veces pescamos algunos y los poníamos en frascos que luego mi papá nos hacía regresarlos al agua. Nos gustaba mucho ir allí. :)

Bueno, ese lugar estaba lleno de renacuajos, que siempre pensé que era lo mismo, hasta ahora me han quitado la venda de los ojos :O, bueno, nunca es tarde para aprender algo :) Asi que hoy les puedo decir que nunca he visto un axolote... y menos sabía todo sobre ellos, son increíbles por lo que he leído, asi que cualquier esfuerzo por evitar su extinción es muy bueno.
Hasta pronto (espero) :)


5 comentarios:

Lizette Jacinto dijo...

ma, tienes que leer el cuento de Julio Córtazar: Axolotl...
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/axolotl.htm
besos

Unknown dijo...

Y tu has visto al axolote alguna vez?

malintzi dijo...

Lizette: ya leí el cuento Axolotl de Julio Cortázar, gracias por el link a sus cuentos. : )

tiburón: no, nunca he tenido el gusto de conocer uno, de haber sabido el día que fuimos a Xochimilco le hubiéramos preguntado al señor de la chinampa :)
Abrazos a ambas

Anónimo dijo...

He sentido una gran pena al leer esta historia, ojala que se haga algo por evitar que muera el axolotl!. Lo que si es que esta simpatiquisimo! Y este es solo un ejemplo! esperemos y hagamos algo por que sigan sobreviviendo en donde les toco.

╬ Seiyale ╬ dijo...

Vaya se ve interesante. ^^